Si cuarenta mil niños sucumben diaramente
en el purgatorio de la explotación consumista
si la tortura de los pobres cuerpos
envilece una a una a las almas
y si el poder se ufana de sus cuarentenas
o si los pobres de solemnidad
son cada vez menos solemnes y más pobres
ya es bastante grave
que a un solo hombre
o a una sola mujer
se les imponga una venda
para contemplar distraídos el horizonte neutro
quedando atados de alma y manos,
anclados, anclados a ella.
pero en cambio es atroz
sencillamente atroz
si esa venda se llama:
egocentrismo,
indiferencia,
manipulación,
explotación..
impasibles ante ella, provocamos
que
los últimos sean los últimos,
oprimidos por los primeros.
¿vamos a seguir así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario