Mis ojos se hinundaron de una extraña sensación al contemplar aquella imagen, que se quedó automáticamente grabada en mi retina.
Me acerqué a él, casi al abismo, decidí formar parte de aquello, quería arriesgarme..
Entonces, empezó a imperar el egocentrismo, el pensar que allí tan sólo existía un yo y que el resto del mundo iba a observar, corrompido por la envidia..
El Sol me aportaba la energía suficiente, el calor, el indudable apoyo..
el viento siguió golpeándome en la cara, una y otra vez, pero lo reconocí en forma de caricia, recorrío mi cuerpo, que aquel momento emanaba paz..
seguía golpeando, hasta cerrarme los ojos, me invitó a soñar..a imaginar, a sentir que ya estaba formando parte de lo que me rodeaba..y ..
cuando los abrí, lo comprendí, tenía frente a mí un mar, sin horizonte, todo un mundo de posiblidades, el aire, no dejó de hacerme compañía, insipiré libertad, y entonces ese soplo llegó a cada rincón de mi cuerpo..
me creí grande, y capaz de todo, y desde entonces nunca he dejado de soñar, porque en sueños es libre el ser..
 
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